Al menos tres personas, entre ellas un bebé de cinco meses, murieron en Papúa (este de Indonesia), en dos sismos consecutivos de 6,4 y 7,0 grados en la escala de Richter, que desencadenaron corrimientos de tierras, incendios y el derrumbe de varias decenas de viviendas.
Las tres víctimas mortales, un número indeterminado de desaparecidos y la mayoría de daños materiales se concentraron en una serie de pequeñas islas al norte de Papúa y próximas al epicentro llamadas Biak, Serui y Yapen, según la Agencia Nacional de Gestión de Catástrofes (BNPB).
Allí es adonde se han desplazado los primeros equipos de emergencia compuestos por policías, bomberos y voluntarios que se dedican a apagar varios incendios y a retirar los escombros de edificios hundidos en busca de más víctimas.
El temblor también ha derribado postes eléctricos y antenas de telecomunicaciones, por lo que el suministro funciona de forma intermitente y las comunicaciones telefónicas con la zona afectada siguen siendo complicadas, según los medios locales.
En la isla de Biak, la más poblada, se produjeron escenas de pánico tras los dos movimientos telúricos, y la actividad laboral y comercial quedó interrumpida temporalmente, así como el funcionamiento del aeropuerto.
Muchos vecinos corrieron hacia zonas del interior más elevadas, por temor a que una ola gigante se abatiese sobre la costa aunque finalmente no se produjo ningún tsunami.
El primer terremoto, de 6,4 grados de magnitud se produjo a las 12.06 hora local (03.06 GMT) a 151 kilómetros al norte de la localidad de Enarotali en la isla de Biak y 467 kilómetros al oeste de la capital papuana de Jayapura, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Otro seísmo de 7,0 grados se registró trece minutos después a unos 30 kilómetros al norte del primero.
Las tres víctimas mortales, un número indeterminado de desaparecidos y la mayoría de daños materiales se concentraron en una serie de pequeñas islas al norte de Papúa y próximas al epicentro llamadas Biak, Serui y Yapen, según la Agencia Nacional de Gestión de Catástrofes (BNPB).
Allí es adonde se han desplazado los primeros equipos de emergencia compuestos por policías, bomberos y voluntarios que se dedican a apagar varios incendios y a retirar los escombros de edificios hundidos en busca de más víctimas.
El temblor también ha derribado postes eléctricos y antenas de telecomunicaciones, por lo que el suministro funciona de forma intermitente y las comunicaciones telefónicas con la zona afectada siguen siendo complicadas, según los medios locales.
En la isla de Biak, la más poblada, se produjeron escenas de pánico tras los dos movimientos telúricos, y la actividad laboral y comercial quedó interrumpida temporalmente, así como el funcionamiento del aeropuerto.
Muchos vecinos corrieron hacia zonas del interior más elevadas, por temor a que una ola gigante se abatiese sobre la costa aunque finalmente no se produjo ningún tsunami.
El primer terremoto, de 6,4 grados de magnitud se produjo a las 12.06 hora local (03.06 GMT) a 151 kilómetros al norte de la localidad de Enarotali en la isla de Biak y 467 kilómetros al oeste de la capital papuana de Jayapura, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Otro seísmo de 7,0 grados se registró trece minutos después a unos 30 kilómetros al norte del primero.
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