Hallazgos
en Ica. Más de cincuenta dibujos en tierra de personajes, animales y objetos
fueron identificados por arqueólogos peruanos con el uso de imágenes
satelitales y de drone. Algunos ya fueron recuperados pero aparecen nuevos
vestigios de las culturas que se desarrollaron mil años antes del esplendor
Nasca.
La
noticia ya dio la vuelta al mundo. National Geographic Societyanunció en su
página web el hallazgo de más de 50 figuras descubiertas en las pampas y cerros
vecinos a Palpa, en Ica.
“Son muy
antiguas y muchas están ubicadas en las laderas de los cerros vecinos a Palpa”,
sostiene el arqueólogo Johny Isla, del Ministerio de Cultura, responsable del
hallazgo y restauración de los geoglifos.
Todo
empezó el año 2014 cuando activistas de Greenpeace atentaron contra el célebre
“colibrí” ubicado en las pampas de Nasca. La inmediata reacción del las
autoridades del Mincu sirvió para enjuiciar a los responsables y consiguieron
apoyo financiero del fondo que otorga la embajada de Estados Unidos.
Isla
desarrolló un método inédito para recuperar el “colibrí” que sirvió luego para
recuperar otras figuras casi desaparecidas por el paso del tiempo y los efectos
del clima.
Fue así
como se recuperaron enormes figuras que hoy se conocen como el “pelícano”, la
“orca”, el “mono” y otros geoglifos de personajes (posibles guerreros) con
grandes tocados en la cabeza y acompañados con mascotas.
En las
fotografías tomadas con drone que ilustran estas páginas se pueden ver
geoglifos ya recuperados y otros recién descubiertos que pasan imperceptibles a
simple vista.
TÉCNICA
PERUANA
En la
previa, la “arqueóloga espacial” Sara Parcak, de Global Explorar, implementó un
sistema de búsqueda y protección de sitios arqueológicos monitoreados por
imágenes de satélites. Sin embargo, pese a la precisión de las cámaras
satelitales, muchas de estas líneas y dibujos pasaron desapercibidos.
Fue
entonces cuando intervino el equipo de arqueólogos dirigido por el Dr. Luis
Jaime Castillo, de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Los jóvenes
arqueólogos Karla Patroni y Fabrizio Serván, utilizando drones piloteados por
Diego Ochoa Ghersi y un sofisticado registro territorial, fueron descubriendo
decenas de figuras que yacen casi enterradas en las laderas de los cerros y en
algunas mesetas de ese paisaje casi extraterrestre que rodea la ciudad de
Palpa.
“A simple
vista no nos habíamos dado cuenta. Creíamos que conocíamos todo pero los drones
nos dieron más de un sorpresa”, recuerda Castillo, quien también ostenta el
cargo de Explorer de la NGS.
Muchas
figuras son tan antiguas que fueron superpuestas con “trapecios” y líneas de
claro origen Nasca. Otras fueron dibujadas a “escala humana” en las laderas de
los cerros para crear un “lugar escenificado” con imágenes alrededor de
antiguos poblados.
Isla,
Castillo y su equipo recorrieron más de 70 sitios soportando las altas
temperaturas de las pampas de Palca. Muchas figuras solo fueron identificadas
cuando se vieron las imágenes del drone. “Podemos afirmar que el Perú está a la
vanguardia mundial en el uso de drones para labores arqueológicas”, añade
Castillo.
Por su
parte, Isla sostiene que Palpa fue un enorme campo de dibujo para la cultura
Paracas y la enigmática cultura Topará. “Ya podemos afirmar que en Palpa y
Nasca hay un sucesión de geoglifos que abarca más de mil años”, revela el
arqueólogo.
Isla
confía que en “estos hallazgos y el prestigio que nos da su publicación en la
National Geographic puede servir para conseguir nuevos fondos e iniciar la
recuperación y puesta en valor de estos nuevas figuras. Al trabajo arqueológico
se debe añadir la señalización y mejora de instalaciones de uso turístico”.
Con las
imágenes satelitales de Global Explorer, los esfuerzos de Johny Isla y el uso
de drones no debería sorprendernos si, en poco tiempo, tendremos más noticias
de hallazgos de geoglifos en ese inmenso lienzo que sirvió para que las sucesivas
culturas Paracas, Tapará y Nasca legaran uno de los espacios más enigmáticos
del planeta.
PARACAS,
TOPARÁ Y NASCA: LAS CULTURAS QUE DIBUJARON LA PAMPA
La
cultura Paracas fue denominada así por Julio C. Tello y se desarrolló en las
costas de Ica desde los 700 años antes de nuestra era hasta aproximadamente el
200 d.C. Célebres por sus necrópolis, sus imponentes textiles y la costumbre de
sus líderes de deformar sus cráneos. Fueron contemporáneos con los Chavín.
Los Nasca
se habrían desarrollado en la zona de Ica desde el primer siglo de nuestra era
hasta el siglo VII. Famosos por sus dibujos en la pampa (geoglifos), su fina
cerámica polícroma y sus técnicas agrarias.
En el
interín se habría desarrollado la denominada cultura Topará, cuyos restos
arqueológicos se ubican en las fronteras de Cañete con Chincha, uno de los
valles más prósperos del antiguo Perú.
Los
recientes hallazgos arqueológicos demuestran que los geoglifos de Nasca se
empezaron a diseñar durante el esplendor Paracas y Topará, utilizando como
“lienzo” las laderas de los cerros vecinos a la actual ciudad de Palpa. Con los
Nasca se empezaron a diseñar enormes líneas y trapecios en la pampa o en las
grandes mesetas que caracterizan el paisaje.
Durante
mil años, por lo menos, las pampas de Nasca y Palpa fueron utilizadas para
plasmar los célebres geoglifos, utilizados para los ritos y ceremonias
.FUENTE DIARIO LA REPÚBLICA
.FUENTE DIARIO LA REPÚBLICA
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