En el complejo Campanayuq Rumi, en Ayacucho ,
se halló una impresionante plaza circular. Es parte del inicio de la
civilización en la sierra centro - sur.
El centro ceremonial Campanayuq Rumi, de más de
3,000 años de antigüedad (1,300 años antes de Cristo), ha sido descubierto en
el distrito de Vilcashuamán, Ayacucho, por arqueólogos peruanos y extranjeros.
Se trata de uno los más grandes e importantes del inicio de la civilización en
la sierra centro y sur del Perú.
Los especialistas hallaron en el sitio una
plaza circular de 14 metros de diámetro y un metro y medio de profundidad. Esta
cuenta con dos escalinatas opuestas que se conectan con plataformas bajas
cuidadosamente empedradas y decoradas.
En el medio de la plaza se tenía erguida una
huanca sagrada, considerada un objeto de veneración, por la que se efectuaron
diversos sacrificios y banquetes. También se cree que es un elemento
relacionado a la astronomía.
¿Cuál es la importancia?
Yuri Cavero, arqueólogo de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos y director nacional del Proyecto de
Investigaciones Arqueológicas Campanayuq Rumi, explicó que la plaza es la única
con ese tipo de arquitectura ceremonial en toda la sierra centro y sur, y solo
se compara con las de Chavín de Huántar, Pallka y Huaricoto, en Áncash; y
Kuntur Wasi, en Cajamarca.
El centro ceremonial demuestra, además, que
hace 3,000 años, Campanayuq Rumi y la zona de Vilcashuamán mantenían contactos
importantes con los centros ceremoniales del norte, específicamente con Chavín
de Huántar.
Funcionaba, además, como un nodo importante de
interacción interregional (intercambio de productos y conocimientos) con Cusco
y la costa. Durante las excavaciones, también se hallaron cerámicas de diversas
culturas.
“Por eso, Ayacucho no debe seguir siendo
considerado como un área periférica de la cultura Chavín, sino como un foco
importante del desarrollo regional durante el periodo Inicial y Formativo”,
explicó.
Yuichi Matsumoto, de la Universidad de
Yamahata, Japón, y director extranjero del proyecto, indicó que el sitio tiene
cuatro hectáreas y que en los alrededores se ubicó un área de viviendas. Se
estima que entre 500 y 700 personas, que se dedicaban a la ganadería,
agricultura, textilería y otras actividades, vivían ahí para sostener el centro
ceremonial y rendir culto religioso.
PUESTA EN VALOR
Ahora, el objetivo de los investigadores es
poner en valor este sitio con apoyo de las autoridades electas de la región y
de Vilcashuamán, así como del Ministerio de Cultura, para dar a conocer la
historia.
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