Testosterona: la hormona del deseo

Creo que es un secreto bien guardado por el sexo femenino: así como empieza la flacidez en los músculos del rostro y del abdomen, también se da en el piso pélvico al debilitarse los músculos en esta zona y, aunque quizá no lo perciban, los varones sí se dan cuenta, pero no les confiesan que ya no tienen las mismas sensaciones que antes.
Las causas más comunes de esta flacidez son el embarazo, el parto, la falta de entrenamiento, la edad o el sobrepeso, siendo este un problema común que puede tener consecuencias tan negativas como la incontinencia de orina (escape involuntario de orina).
Entonces es recomendable, como primer paso, aceptar que existe la flacidez; luego, mantener el peso adecuado y ejercitar natural y continuamente sus músculos, mediante unos ejercicios llamados 'Ejercicios de Kegel', que consisten en contraer y relajar los músculos pélvicos.
Si las mujeres no se ejercitan, sus parejas pueden desentenderse de la vida sexual, porque ellos también tienen menos sensaciones; piensen que ejercitándose fortalecerán su relación al tener y provocar sensaciones más intensas y fuertes como una mujer joven.
Finalmente, lo mejor sería que desde muy jóvenes las mujeres eduquen sus músculos,
contrayéndolos y relajándolos, solo 10 minutos al día bastarán para conseguir buenos resultados en pocas semanas.