La vida de la familia Cueva Juica cambió radicalmente desde mayo. Tan pronto la niña peruana Daisy Cueva Juica (7 años) puso en aprietos a la primera dama de EE.UU., Michelle Obama, al explicarle la situación de su madre indocumentada, sus progenitores Natalia y Ángel optaron por abandonar su vivienda en el estado de Maryland e iniciar un estilo de vida clandestino.
Para evadir el acoso de la prensa, la vigilancia del Servicio de Inmigración y la persecución de los abogados oportunistas, ambos se refugiaron en Virginia. Allí empezaron a compartir la vivienda con unos familiares cercanos, registraron en una mejor escuela a Daisy e iniciaron nuevas relaciones laborales con los miembros de la comunidad peruana en ese estado.
Un mes después de convertirse en el rostro de los inmigrantes, tanto Daisy como sus padres han desarrollado una rutina diaria sin mayores sobresaltos. El problema radica en que varias organizaciones defensoras de los inmigrantes, como Casa Maryland, han ofrecido ayuda legal gratuita, pero la realidad demuestra que hasta ahora muy poco se ha hecho por la humilde familia.
Este lunes Kilder Fuentes, presidente del Peruvian American National Council (PANC), institución que busca generar oportunidades para las personas de origen peruano en este país, se contactó con los directivos de Casa Maryland para explorar diversas alternativas legales que podrían beneficiar a la familia.
“Es importante ayudar a los padres de Daisy. Los instrumentos legales disponibles podrían brindar una solución temporal casi inmediata a nuestros compatriotas, quienes merecen salir de la oscuridad de sus vidas como antes del 19 de mayo”, comentó Fuentes.
Al cierre del presente despacho, Casa Maryland evitó comentar sobre la propuesta, pero anunció que en breve se pronunciaría.
Para evadir el acoso de la prensa, la vigilancia del Servicio de Inmigración y la persecución de los abogados oportunistas, ambos se refugiaron en Virginia. Allí empezaron a compartir la vivienda con unos familiares cercanos, registraron en una mejor escuela a Daisy e iniciaron nuevas relaciones laborales con los miembros de la comunidad peruana en ese estado.
Un mes después de convertirse en el rostro de los inmigrantes, tanto Daisy como sus padres han desarrollado una rutina diaria sin mayores sobresaltos. El problema radica en que varias organizaciones defensoras de los inmigrantes, como Casa Maryland, han ofrecido ayuda legal gratuita, pero la realidad demuestra que hasta ahora muy poco se ha hecho por la humilde familia.
Este lunes Kilder Fuentes, presidente del Peruvian American National Council (PANC), institución que busca generar oportunidades para las personas de origen peruano en este país, se contactó con los directivos de Casa Maryland para explorar diversas alternativas legales que podrían beneficiar a la familia.
“Es importante ayudar a los padres de Daisy. Los instrumentos legales disponibles podrían brindar una solución temporal casi inmediata a nuestros compatriotas, quienes merecen salir de la oscuridad de sus vidas como antes del 19 de mayo”, comentó Fuentes.
Al cierre del presente despacho, Casa Maryland evitó comentar sobre la propuesta, pero anunció que en breve se pronunciaría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario