El panorama es inimaginable, dijo Preval y añadió que en esta urbe se derrumbaron muchos edificios, entre ellos la sede del parlamento y del Ministerio de Economía, y en algunas escuelas destruidas hay muchos cadáveres.
Preval añadió que pueden haber muerto miles de personas, aunque por el momento no se puede dar una cifra exacta porque aún se evalúa el impacto de la catástrofe.
El centro de esta urbe, de dos millones de habitantes, está destruido y por lo menos 100 edificaciones sufrieron desplomes, entre ellas la catedral, el Palacio Presidencial, varios ministerios y la sede de la ONU.
En esta última instalación, de cinco pisos, hay por lo menos 200 personas atrapadas entre los escombros.
El movimiento telúrico ocasionó, además, el derrumbe de la principal cárcel de Puerto Príncipe y el HUndimiento de muchas viviendas, centros comerciales, bancos y edificios de oficinas.
La situación en esta ciudad es caótica porque no hay servicio eléctrico, falta el agua potable y sus habitantes buscan a los desaparecidos bajo toneladas de concreto.
Las cifras sobre las víctimas son imprecisas. El embajador haitiano ante la OEA, Dult Brutus, estimó en "decenas de miles" los muertos, mientras que el primer ministro, Jean Max Bellerive, dijo temer que el balance supere los 100 mil.
"Confío en que esto no sea cierto, porque espero que la gente haya tenido tiempo de salir de sus viviendas", acotó Bellerive.
En cuanto a los damnificados, la Cruz Roja Internacional consideró que tres millones de personas, un tercio de la población total del país, podrían estar afectadas por el terremoto.
Por ahora las tareas se concentran en la búsqueda y rescate de sobrevivientes, el emplazamiento de hospitales de campaña y la distribución de alimentos.
"La primera prioridad es salvar vidas", dijo Charles Vincent, funcionario del Programa Mundial de Alimentos.
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