Puerto Príncipe, ene. 17 (ANDINA).- Los Cascos Azules peruanos apoyan a un grupo de niños haitianos afectados por el terremoto en Haití con alimentación, vestimenta y hasta educación en valores, hecho que ha ganado la admiración de muchos menores hacia los ciudadanos peruanos.
Zuzu Willy, tiene 14 años, pero aparenta ser menor, un infante de diez años, quien dice “tener suerte” porque sus padres y hermanos no murieron tras el devastador terremoto que asoló la isla caribeña esta semana.
No obstante, Zuzu es uno de los miles de niños que se encuentran afectados psicológicamente tras el terremoto, cuyas réplicas han sido continuas, aunque de menor intensidad en esta ciudad.
“Yo estaba en mi casa cuando ocurrió el terremoto, sentí que todo me iba caer encima pero me salve, y mi familia también (…) pero otras personas y niños han muerto”, comenta Zuzu con mirada triste.
El menor que domina totalmente el idioma español asegura que prefiere pasar más horas en la base militar peruana, que estar en la calle observando muertos por todos lados y la ciudad destruida.
“Nos gusta venir todos los días a la base los Cascos Azules Peruanos, porque aquí nos tratan bien y nos ayudan”, anotó.
Por su parte, Mivil Pier, de 16 años, dice esperar cumplir pronto la mayoría de edad para sacar su pasaporte peruano, y ser un soldado que trabaje para el Perú.
“Quisiera ser un soldado peruano, porque ellos son muy valientes y ayudan a las personas”, afirma.
El integrante de los Cascos Azules de Perú, Martín Diógenes, señaló que los militares peruanos ayudan a estos niños con alimentos, vestimenta, les enseñan valores como la disciplina y solidaridad con todos.
Detalló que los niños también contribuyen con el contingente peruano con trabajos de traducción de idiomas, porque buena parte de los infantes es bilingüe.
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